Por MARÍA ELENA CANDIA

Las arcas de la entidad suman apenas u$s 16.000 millones en términos netos, en relación a los u$s 33.647 millones totales que refleja la entidad. Las reservas netas perdieron u$s 18.965 millones desde que se impuso el cepo. Privados estiman que podrían cerrar este año en u$s 11.217 millones, lo que si se resta depósitos de los bancos en el BCRA, reduciría las reserva propias a u$s 4000 millones.

En 2015, las reservas del Banco Central se recuperaron progresivamente hasta estabilizarse por encima de los u$s 33.000 millones, pero al analizar la diferencia entre las reservas brutas y netas de los pasivos exigibles en dólares, este monto varía considerablemente.

Según datos del Estudio Broda y la consultora Federico Muñoz, las reservas netas del BCRA apenas representan apenas un poco más del 52% del total y se encuentran en torno a los u$s 16.000 millones.

Pero el panorama puede ser aún más complicado luego de las elecciones: de acuerdo al Estudio Broda, las reservas netas podrían descender a u$s 4000 millones a fines de este año, es decir, a una décima parte de lo que sumaban en 2010. Desde que se impuso el cepo, en 2011, las reservas netas perdieron u$s 18.965 millones.

El dato se desprende de una estimación de reservas brutas en torno a los u$s 25.000 millones, asumiendo que la entidad usará el total del swap con China (u$s 11.000 millones); que los pagos de la deuda trabados por Griesa alcanzarán los u$s 2.783 millones y que los depósitos de los bancos en el BCRA sumarán unos u$s 7217 millones.

Sin embargo, la estimación se incrementa hasta los u$s 11.217 millones al contabilizar los depósitos de los bancos en la entidad monetaria. Pese a las controversias que rodean a la inclusión de esta cuenta en las reservas propias del BCRA, este es un dato que varios consultoras incluyen a la hora de determinar cuáles son las reservas netas.

«Si los depósitos de los bancos en el Central no corren el riesgo de una fuga -de hecho están subiendo- esos dólares no tienen por qué restarse de las reservas. Esto más allá de que las reservas van a caer y que gran parte de la caída va a ser compensada con reservas más cosméticas», dijo Pedro Rabassa, de Empiria.

Cabe aclarar que los cálculos no incluyen la deuda con importadores, que el Estudio Broda estima en unos u$s 4000 millones para 2015, al igual que la deuda por giro de dividendos, que proyecta en u$s 12.000 millones. Teniendo en cuenta el peor escenario, las reservas netas libres podrían ser negativas en u$s 12.000 millones al cabo de este año.

«La perdida de reservas incrementa las expectativas de que en algún momento iremos a un tipo de cambio unificado más alto; todas las transacciones en el mercado de cambios están premiadas por esta condición. Pero estas expectativas complican además la política cambiaria, generando más demanda de divisas», dijo Juan Manuel Pazos, del estudio Broda.

En este sentido, el actual contexto impide que el próximo gobierno pueda repetir el atraso cambiario que cosechará este año, remarcó Pazos, porque además el frente internacional será más duro. «Ya lo estamos viendo, la devaluación del real llegó a los R$ 3,50 y China empezó a devaluar. El peso no puede ser la única moneda atada al dólar cuando éste se está apreciando», agregó Pazos.

Asimismo, los cálculos de la consultora no tienen en cuenta la fuerte pérdida de divisas que tuvo el BCRA en las últimas tres semanas, que sumó unos u$s 1500 millones. Sin embargo, las reservas arrojaron un saldo positivo el viernes por u$s 11 millones y finalizaron en u$s 33.647 millones.

«Las reservas en última instancia son la variable de ajuste del desequilibrio del mercado cambiario cuando entran menos dólares por exportaciones que los que salen por importaciones y pagos financieros. El que cubre esa brecha es el BCRA. Se está disminuyendo toda chance de gradualismo para quien gobierne el año que viene. De esta manera, probablemente se empiece a restaurar el equilibrio del balance cambiario», dijo Federico Muñoz.

Aunque el economista no tiene en consideración los mismos números que Broda, sostiene que desde los u$s 16.000 millones actuales de reservas netas, esta suma sufrirá la pérdida de los u$s 6.300 millones por el vencimiento del Boden en octubre y seguirá cayendo con la continuidad del actual clima de nerviosismo cambiario.

Fuente: Cronista