Marcelo Santoro Supeña

El nuevo gobierno tiene varios desafíos relacionados con el comercio internacional para devolver competitividad a las exportaciones. Además, el panorama internacional suma escollos normativos y económicos. La principal amenaza económica radica en la desaceleración del comercio mundial. La Organización Mundial del Comercio (OMC) redujo su previsión de crecimiento de volúmenes de comercio para 2015 desde 3.5 a 2.8%. Ello y nuevas barreras comerciales de los países podrían afectar seriamente a la economía mundial.

El comercio mundial no crece sólidamente y a no ser que las economías más grandes aceleren el proceso de facilitación del comercio la baja podría llegar a empeorar. A esto se suma que los principales 20 países desarrollados y emergentes agregaron algún tipo de barrera en productos agrícolas. A pesar de la firma de acuerdos de libre comercio, el crecimiento anual en volúmenes no alcanzó los niveles observados en décadas anteriores a la crisis financiera de 2008. A tal punto que el comercio se redujo en el primer semestre de 2015. Esto podría significar más problemas para el crecimiento económico mundial, ya obstaculizado por:

La desaceleración de China que absorbió grandes cantidades de importaciones

El hundimiento dramático de los precios de las materias primas que influye en los ingresos de países exportadores de estos productos

La desaceleración de otros mercados emergentes como Brasil y Argentina

El valor del denominado «súper-dólar» que obligó a una devaluación masiva de las monedas de países en desarrollo

Lento crecimiento de los países de la eurozona que representan un tercio del comercio mundial

Disminución del comercio entre Rusia y occidente debido al enfriamiento de las relaciones a causa de Ucrania.

A pesar de la crisis, se espera que el comercio mundial se recupere gradualmente y supere el crecimiento del PBI, aunque los desafíos estructurales persisten, como las barreras establecidas desde hace mucho tiempo que continuarán restringiendo el comercio en el mediano plazo. No obstante, en el informe sobre el Comercio mundial 2015, la OMC indicó que era la primera vez que estudiaba de modo detallado los efectos potenciales del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio (AFC) adoptado en la Conferencia de Bali, en diciembre de 2013. El objetivo de la facilitación del comercio es reducir dichos obstáculos.

El AFC de la OMC representa un hecho fundacional pues crea un marco multilateral para reducir los costos del comercio. Aunque los cambios en los procedimientos comerciales pueden introducirse de manera unilateral, un acuerdo multilateral sobre facilitación del comercio brinda valor agregado, ya que aumenta la seguridad jurídica ante potenciales cambios en medidas que se tomen y ayuda a los gobiernos a emprender reformas con el apoyo de sus ciudadanos (como la firma de TLC).

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Un acuerdo de facilitación obliga a adoptar enfoques parecidos o compatibles de los procedimientos comerciales y coordina la prestación de apoyo de los países facilitadores hacia los países en desarrollo con capacidad limitada. Aunque los obstáculos tradicionales al comercio como los aranceles o derechos de importación se redujeron, y las innovaciones en el transporte y la tecnología de las comunicaciones acortaron las distancias entre los países, los costos del comercio siguen siendo elevados, en particular en los países en desarrollo.

Costos que aíslan

Los altos costos del comercio aíslan a los países emergentes de los mercados mundiales, limitando sus oportunidades comerciales y frenando el crecimiento. Asimismo, parecen afectar más a las PYME, los productos perecederos y los bienes producidos en cadenas de valor mundiales.

Una parte significativa de esos costos son causados por procedimientos comerciales engorrosos que retrasan o complican la circulación, la carga, el embalaje y el despacho de aduanas de las mercaderías. Se calcula que la aplicación del AFC tiene potencial para reducir costos del comercio 15% promedio. Según estimaciones de la OMC, el acuerdo aumentaría el valor de las exportaciones mundiales entre US$750.000 millones y 1 billón, dependiendo de la rapidez y la amplitud de la aplicación. Se estima que entre 2015 y 2030, la aplicación del AFC puede aumentar las exportaciones mundiales hasta 2,7%, y el crecimiento del PBI mundial en más de 0,5% anual.

Según el director de la OMC, Roberto Azevêdo, acelerar el comercio proporcionará apoyo a los países en desarrollo. El volumen de exportaciones mundiales creció en 2014 2,5% liderado por exportaciones de manufacturas y luego por productos agrícolas.

Dentro de los países líderes en el comercio de mercaderías en 2014 se destacan, como exportadores: China, EE.UU., Alemania, Japón y Holanda (Argentina se ubicó en el puesto 48); y como importadores: EE.UU., China, Alemania, Japón y Reino Unido (Argentina se ubicó en el puesto 46).

Mientras los países discuten cómo poner en marcha el AFC, ¿qué ocurre en Latinoamérica? Cepal revisó a la baja la proyección del crecimiento de la actividad económica de la región para 2015 de 0,5% a -0,3%, y estima que en 2016 el crecimiento ronde 0,7%.

Entre los principales factores detrás de la baja de crecimiento están la debilidad de la demanda interna, un entorno global caracterizado por el bajo crecimiento del mundo desarrollado, una importante desaceleración en las economías emergentes -en particular China- el fortalecimiento del dólar y una creciente volatilidad en los mercados financieros, y una importante caída de los precios de los bienes primarios.

Pese a que la tendencia regional es a la desaceleración, las economías de la región mostrarán dinámicas diferenciadas. Las proyecciones del crecimiento apuntan a que las economías de América del Sur, especializadas en la producción de bienes primarios, en especial, petróleo y minerales, y con creciente grado de integración comercial con China, registrarán la mayor desaceleración. Mientras que aquellas con mayor vinculación a la economía de Estados Unidos logran sostener su ritmo de crecimiento. Las recesiones de Brasil, Venezuela y la Argentina han influido en el magro desempeño del crecimiento sudamericano. Ahora, ¿cómo influyen las nuevas tendencias en el comercio internacional para mejorar las cifras de comercio mundial? (si es que influyen). A nivel mundial, existen claras tendencias que inciden en los flujos comercializados:

Cambios en documentación aduanera y bancaria. Cada vez hay más documentación digital o plataformas en Internet.

Modificación en la negociación de instrumentos de cobro y de pago para acelerar los procesos de cobro para el exportador. Esto implica que cuando un exportador pacta un cobro a la vista, no deba esperar 60 días según el medio de pago.

Incremento de barreras paraarancelarias bajo el rótulo de medidas técnicas .

Solicitud de certificaciones bajo normas de calidad que comprenden tanto a las normas propias para una empresa como las normas ISO, como aquellas relacionadas con el producto de exportación y su mercado de destino.

Acuerdos para disminuir aranceles a nivel multilateral

Proliferación de TLC como el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, la Alianza del Pacífico y el Acuerdo Transatlántico.

Aumento de medidas de seguridad en cadenas logísticas (medios de transporte, almacenamiento y embalaje), donde los exportadores deben informar a la aduana del país importador los datos del embarque para que estas autoridades aduaneras permitan el envío de la mercadería.

Sin dudas estos cambios influirán en las negociaciones de los flujos comerciales mundiales además de la situación de algunas economías como la china que está cambiando su paradigma exportador por otro más vinculado con el consumo del mercado interno. Esto ha hecho que India sea hoy el país de Asia que crezca a tasas de 7% promedio constante.

En China los números de su economía muestran un panorama interesante, con una caída del índice de precios industriales y una suba del índice de precios en servicios. Como por menores ingresos de inversión directa el balance de pagos se deteriora también por menores exportaciones, no sorprende entonces que la tendencia del gigante asiático sea devaluar. China perdió en los últimos meses casi 20% de sus reservas internacionales. De ahí que el gobierno haya pedido al FMI que incluya al renminbí en su canasta de monedas. La conversión del yuan en divisa de reserva hará menos necesario que el Banco Popular de China se preocupe por su nivel de reservas internacionales.

Por otro lado, el otro gigante asiático, India, está haciendo serias transformaciones y desregulaciones para liberalizar su economía.

En la Argentina, la nueva administración tenderá puentes de diálogo hacia los principales socios regionales así como también con EE.UU. y Europa además de reforzar lazos con países asiáticos. De esta forma la Argentina podrá volver a estar dentro de los países líderes en materia de comercio internacional.

El autor es profesor de Comercio Internacional de la Universidad de Palermo

Fuente: Comercio Exterior La Nación