El sistema de giros asignará de forma inteligente a los verificadores
Emiliano Galli
La AFIP puso su arsenal informático a disposición de la automatización del sistema de entrega de turnos para verificar y liberar contenedores en el puerto.
Según pudo saber La Nacion, la Aduana avanza, por instrucción de la AFIP, en las simulaciones de rigor, y dejó en claro que no va a ceder una cuestión sensible y «del riñón aduanero» como la entrega de turnos a terceros organismos, como la AGP, que oficia de contralor de los concesionarios de terminales de contenedores de Puerto Nuevo pero que, aún sin tener jurisdicción en Dock Sud (donde opera Exolgan), pretendía oficializar la «turnera electrónica».
En simultáneo, la automatización del giro de los verificadores es otra iniciativa que se encuentra en ensayo pero cuya instrumentación no pasaría de los 15 días.
«En la actualidad, el sistema gira documento a los verificadores y sabe que hasta que no terminen con esa operación no les gira una nueva. Pero la jurisdicción es tan grande que puede que al verificador que está operando en Quilmes le toque, al finalizarla, una en Tigre. Esto lleva tiempo pero necesita del contragiro, es decir, la autorización del jefe por razones de jurisdicción», explicaron desde el organismo.
Es por ello que se encaró la adecuación del sistema «y la apertura de todos los puntos operativos» donde se cargan los nombres y el sistema gira directamente, teniendo en cuenta la ubicación de los verificadores. «Así reducimos al mínimo los contragiros, agilizamos las operaciones y cortamos las posibles suspicacias que persisten en la cadena», dijeron.
Sucede que la «decisión inteligente» del sistema de giros evita que algún operador le argumente a un cliente una «demora forzada por un contragiro» que provocó «la pérdida de un turno para verificar». Ahora, el sistema girará en función de la ubicación del agente que debe verificar la operación.
Mudanza
En la misma línea de simplificación operativa, el área de Operaciones se mudó oficialmente a la zona portuaria (en un predio fiscal donde funcionó Ferrylíneas). La idea es extender la presencia en la zona ocupando también el estacionamiento que separa el actual nuevo edificio de la terminal de Buquebús.
En tanto, la planta baja del edificio de Azopardo (liberada ya de las oficinas de Operaciones) en todo el perímetro que recorre la manzana, será destinado a aulas y auditorios para la capacitación del personal aduanero.
«Estamos haciendo todo para centralizar y agilizar los trámites y las operaciones», explicaron. Incluso, al cierre de esta edición, estaba confirmada la presencia de Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, en unas jornadas organizadas por Puerto Quequén, para presentar la «Ventanilla Única Portuaria Argentina».
A pesar de la estar en zona portuaria, algunos despachantes manifestaron «descontento» con la nueva localización. «Tienen áreas específicas, pero se quejan de que no hay lugar para estacionar», argumentaron en la Aduana.
Fuente: Comercio Exterior La Nación