Por Adrián Giunta
giunta.adrian@diariouno.net.ar

¿La Argentina se encamina hacia un nuevo régimen de importaciones? ¿Quedarán finalmente sin efecto las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) en diciembre? Estos son dos de los interrogantes de la economía Argentina en este momento, o al menos, en lo que al sector industrial se refiere.

Los DEJAI, los permisos que deben gestionar las empresas ante la Secretaría de Comercio y la AFIP para poder introducir insumos o equipamiento a la Argentina de otros países, deberían quedar sin efecto en diciembre, si es que se decide obedecer el pedido de eliminarlas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en un proceso que se originó en 2012. No está claro, todavía, que puede pasar.
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“Yo no creo que las trabas a las importaciones se eliminen de un día para el otro. Hoy, más allá de las importaciones, hay objetivos superiores para resolver en la macroeconomía de la Argentina, como lo son la inflación y el déficit fiscal”, opinó Alfredo Aciar, economista de la Fundación Ideal.

En una reciente reunión de ministros de Comercios del G20 que se realizó en Estambul, una delegación Argentina que estuvo encabezada por el secretario de Comercio, Augusto Costa, y de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Carlos Bianco, ratificó la defensa del mercado interno argentino y su oposición al fallo de la OMC que exige terminar con las trabas.

Argentina argumentó su postura fundada en las ventajas que el poderío económico otorga a los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Adujo que esta posición dominante es lo que provoca que se apliquen medidas distorsivas.

Lo cierto es que en el sector privado nadie se anima a pronosticar qué pasará con la administración del comercio ya que, consideran, ésta será una de las primeras decisiones de política económica que deberá adoptar el nuevo presidente de la Argentina.

Mientras tanto, las empresas tuvieron plazo hasta el 19 de octubre para presentar la proyección de dólares que necesitarán para importar en 2016. En la misiva que el secretario de Comercio, Augusto Costa, les envió en setiembre a los empresarios para que detallaran cuántos dólares se utilizarían para importaciones el próximo año, les aclaró que se priorizará la introducción de insumos, bienes de capital y materias primas que no se produzcan en el país y que se retrasarán las autorizaciones de bienes que compitan con los de producción nacional.

El impacto en la vitivinicultura

En Mendoza, una de las industrias que más necesita importar es la vitivinícola. Lo que más se ingresan son barricas, tapones de corcho, tinta para etiquetas, maquinarias y algunos insumos enológicos.

Juan Carlos Pina, presidente de Bodegas de Argentina, asegura que las empresas que cumplen los requisitos que pide Comercio no tienen mayores inconvenientes, más allá de las demoras que existen en la aprobación del trámite, para hacer los ingresos.

“La Secretaría de Comercio recibe 6.000 DJAI por día, pero teniendo una buena gestión no hay mayores dificultades para su aprobación. No se puede saltar la valla, pero para los que están en regla la cosa funciona bastante bien”, reconoce Pina.

Sergio Villanueva, del Fondo Vitivinícola Mendoza, está convencido de que las DJAI se instrumentaron para evitar la fuga de divisas. Y no cree que esta situación se modifique rápidamente: “No me parece que el comercio administrado tenga posibilidades de cambiar en el corto plazo. Por la situación de reservas del Banco Central, no creo que las restricciones al comercio sean liberadas de un día para el otro”.

¿Se debe continuar con una política de control del comercio? Julio Totero, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), considera que algún tipo de protección debe existir. Recuerda que hasta los países más liberales aplican políticas de control del comercio.

“Debe existir algún tipo de protección que no debe limitarse sólo a prohibir el ingreso de productos, se deben establecer barreras arancelarias”, dice Totero. Considera que hay sectores que son muy sensibles a la competencia externa, sobre todo, aquellos que compiten con mercados que tienen estructuras de costos diferente a la nuestra, como lo son China y Brasil.

Totero cree que uno de los errores que se cometió en la administración del comercio en los últimos años fue no haber equiparado los costos internos con los externos: “Si hubiésemos hecho esto, hoy no habría tantas quejas”, aseguró. Además, resaltó que hay productos que no se fabrican ni se van a fabricar nunca en la Argentina. “ A este tipo de productos, claramente, si habría que permitirles el ingreso al país”, consideró.

►6 mil permisos de importaciones recibe a diario la Secretaría de Comercio. El trámite para su aprobación demora, aproximadamente, dos meses.

Superávit comercial: la caída se acentuó en setiembre

El superávit comercial, uno de los motivos de mayor preocupación en esferas oficiales, volvió a marcar en setiembre una pronunciada baja: apenas se situó por encima de los U$S30 millones, con un derrumbe interanual del 94%.

En setiembre del 2014, el balance de importaciones y exportaciones había sido favorable en U$S404 millones y representó una disminución del 44% contra igual período de 2013.

Ahora, en el noveno mes de este año, la balanza comercial arrojó un resultado positivo de apenas U$S30,8 millones en promedio, de acuerdo con un sondeo de Reuters que realizó entre cuatro analistas locales y uno extranjero.

Así, en agosto, el Intercambio Comercial Argentino (ICA) registró un saldo de U$S51 millones, desplomándose un 94,7% en comparación a igual período un año atrás.

La consultora Econviews estima que tanto exportaciones como importaciones cayeron en setiembre respecto de un año atrás.

Los especialistas sostienen que las liquidaciones de dólares de exportadores crecieron en términos interanuales, pero el alza en cantidades no logrará compensar la caída en los precios. Mientras que las importaciones, estiman, seguirán débiles por las dificultades para acceder a dólares oficiales .

Para el estudio del economista Miguel Bein, el superávit este año será de U$S25 millones, consistente con las exportaciones cayendo 12% interanual. En el caso de las importaciones, la caída será del 4,2% .

Las estimaciones de los analistas oscilaron entre un superávit mínimo de U$S 12,9 millones y uno máximo de U$S 70 millones.

Fuente: Uno