La Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA), institución que agrupa a las cuatro cámaras de transporte marítimo y fluvial argentino, presentó un informe económico del sector como parte de su estrategia para posicionar la temática en el Congreso y obtener una predisposición legislativa favorable.
El informe destaca que los 64 millones de toneladas exportados se transportaron en buques extranjeros que demandaron US$ 1650 millones de las reservas. «El ingreso de empresas nacionales en este mercado implicaría la creación de más de 15.200 puestos de trabajo y un aumento del 0,2% del PBI y del empleo, respectivamente», señalan.
Para el caso de las importaciones, que llegaron en un 70% por vía marítima, la participación argentina podría redundar en un ingreso de US$ 1600 millones adicionales al Tesoro.
«Entre 2003 y 2014, la Argentina perdió casi US$ 13.500 millones de reservas por su déficit comercial en fletes marítimos, que creció un 516% en 10 años», explica el trabajo.
Estos números, además, se encuadran en una baja participación relativa del transporte por agua en la logística argentina, a pesar de ser el modo más económico por tonelada transportada ($ 23, contra $ 97 del camión).
La precariedad del sector contrasta con la fortaleza sindical, lo que podría generar riesgos ante la falta de políticas específicas, a saber: «Cese parcial de actividades en los puertos; falta de abastecimiento de las centrales termoeléctricas; problemas de abastecimiento de combustible en general; demoras y pérdidas de embarques de granos y carga a granel, y pérdida total de la incipiente participación en el tráfico con Brasil».
Fuente: Comercio Exterior La Nación