Por Darío Gannio

El Gobierno prepara un esquema con más entrada de importaciones pero asegura que no descuidará a las empresas de las actividades más sensibles, las cuales ya empezaron a sufrir los efectos de la salida de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI). Por ahora, mantienen reuniones todas las semanas con los funcionarios del Ministerio de Producción.

“No va a haber una apertura comercial indiscriminada” aseguró a BAE Negocios un economista del Ejecutivo. “Después de las DJAI no quedó otra opción al alcance de la mano que intentar administrar bien las Licencias No Automáticas”, agregó el funcionario, que sigue la política industrial del ministro Francisco Cabrera.

La intención, según dijeron desde esa cartera a este medio, es habilitar importaciones gradualmente pero acompañando a las economías más sensibles en el proceso, que son algunas de las que quedaron más vulnerables tras la caída de los precios internacionales y la recesión en Brasil. Entre ellas, la metalmecánica, petroquímica, textil y del cuero.

Estas últimas dos son las que más quejas levantaron en los últimos días por la baja en las ventas del verano. “El consumo en unidades bajó un 15% con respecto a diciembre/enero del año anterior”, dijo el presidente de la cámara de las manufacturas del cuero, Ariel Aguilar, que también expuso: “hay otro tema para las pymes que es que mucho de las ventas se cobraron con cheques a 60 días”. Por su parte, desde el sector textil aseguran que, como en el de marroquinería, se suspendieron compras por parte de las empresas más grandes a las pymes. En el caso de los textiles, desde Protejer dicen que el salto de importación en prendas fue del 72% interanual durante el último mes.

Es que las distintas medidas que tomó el macrismo, hasta ahora, tuvieron un impacto negativo en el poder de compra de los asalariados y en las expectativas de lo que podrán adquirir este año, y en la previa de las paritarias redujeron el nivel de consumo que mantenían hasta ahora. De eso se quejan los empresarios de los distintos centros turísticos, que apuntaron que éste fue el peor verano de los últimos diez. También las automotrices indicaron que tuvieron el enero con ventas más bajas en una década, sector que vivió una suba importante en los precios por la devaluación de diciembre y por la eliminación de los topes en los precios que imponía la administración anterior a las terminales para los autos más generalistas.

Pero los emprendedores que más se ven vulnerables ante las medidas que por ahora tomó el Gobierno son los que tienen pymes. Si bien las cámaras admiten que desde el Gobierno les aceptan casi todos los pedidos de audiencia, sostienen que no llegan a buen puerto en cuanto a los reclamos. El principal: no avalar cualquier importación que pueda competir con sus productos, algo que ven difícil desde la implementación de 18.000 licencias automáticas y 1.000 no automáticas. Éstas últimas, según apuntan los que compran al exterior, pueden ser aprobadas mediante una apelación que puede durar hasta dos meses, aunque desde el Gobierno respondieron que antes también se podía conseguir aprobaciones mediante amparos.

En el Ejecutivo aseguran que, desde ahora, “todo se hará acorde a lo que dicte la Organización Mundial del Comercio (OMC)”. Esto quiere decir: no esquivar la orden de “no innovar” que tiene ese organismo y que violaban las DJAI. El equipo del ex ministro Axel Kicillof defendía esas herramientas porque sostenía que, sin ellas, no era posible competir contra economías desarrolladas que, además, aplican aranceles superiores al 300%, como Estados Unidos, la Unión Europea o Japón, este último con impuestos que superan el 1.000 por ciento. Argentina, en cambio, no puede tener tributos para las importaciones superiores al 35% por estatuto interno del Mercosur.

Fuente: Bae negocios