Yang Wanming
La semana pasada se aprobó el XIII Plan Qinquenal (2016-2020) sobre el Desarrollo Socioeconómico de China, que traza un nuevo plan de desarrollo socioeconómico para China en el próximo lustro. Cabe destacar que el desarrollo chino impactará trascendentalmente en el mundo.
China otorgará oportunidades actualizadas al mundo. En los próximo cinco años, mantendrá una tasa de crecimiento anual superior a 6,5%, con la meta de convertirse en la segunda economía del mundo para 2020 cuando el PBI sobrepasará los US$ 10 billones y la contribución al crecimiento global seguirá ser el 30%. En el lustro avenidero, China importará bienes por un valor superior a US$ 10 billones, con la previsión de la inversión en el exterior superior a US$ 500.000 millones y el flujo de viajeros al extranjero de más de 500 millones. Continuará siendo el «estabilizador» y «motor» para el crecimiento económico mundial, al tiempo que ofrecerá mercados más amplios, capitales más adundantes y mercaderías más diversificados al resto del mundo.
China mostrará la nueva configuración de apertura integral al mundo. En los próximos cinco años, China impulsará la apertura en dos sentidos a través de las iniciativas relevantes como la Franja y la Ruta, en busca de un flujo ordenado de los factores nacionales e internacionales, una distribución de alta rentabilidad de los recursos así como una integración profunda del mercado. Promoveremos a fondo la cooperación internacional en capacidad productiva y la manufactura de equipamientos, aceleraremos la optimización y actualización del comercio exterior, y elevaremos el nivel del uso de los capitales foráneos y la inversión en el extranjero.
China concederá nuevos conceptos de gobernanza global al mundo. En la Planificación se plantea que China participará activamente en la cooperación sistemática de la gobernanza económica internacional, y apoyará las plataformas de gobernanza internacional y las de cooperación regional jugar un mejor papel. Este año, en China se celebrará la Cumbre del G20, ocasión en que ceñidos al tema fundamental de una gobernanza económica y financiera internacional más eficiente, estamos dispuestos a fortalecer la coordinación de políticas macroeconómicas junto con los países en vías de desarrollo y las economías emergentes, impeler la democratización, legalización y racionalización de las relaciones internacionales, así como construir el sistema económico global más equitativo, justo y abierto.
China asumirá más responsablidades y obligaciones internacionales. Se incluyen los temas concernientes al antiterrorismo, el mantenimiento de la paz, la ciberseguridad, la seguridad nuclear y la lucha transnacional contra corrupción en la Planificación, que pone de pleno manifiesto el perfil maduro de China como una potencia responsable, al mismo tiempo confirma de nuevo el valor de desarrollo sostenido por China, que es «sólo cuando el mundo se desarrolla puede China prosperar».
Siendo países en vías de desarrollo, China y la Argentina se hallan por igual en un período crucial para la transformación y actualización de la economía, y coinciden en las metas del desarrollo y se complementan en las condiciones y necesidades del desarrollo. El período del XIII Plan Quinquenal no sólo es fundamental para el desarrollo socioeconómico de China, sino también constituye la Edad de Oro para lograr avances importantes en la cooperación entre las dos países. Tengo muchas expectativas, y sobre todo confianza en el desarrollo de las relaciones bilaterales en el lustro venidero. China está en disposición de esforzarse junto con la Argentina para enriquecer el contenido de la Asociación Estratégica Integral entre China y la Argentina, con el fin de inyectar nueva vitalidad en el desarrollo conjunto de las dos naciones.
El autor es embajador de la República Popular de China en la Argentina
Fuente: La Nación.com